Missa Solemnis de Beethoven: Orquesta Nacional de Bélgica
Sobre el espectáculo
El joven Beethoven creía firmemente en los ideales de la Ilustración, una hermandad libre de iguales. Por eso compuso una sinfonía dedicada a Napoleón Bonaparte, que acabaría con el sistema feudal tras la Revolución Francesa. Sin embargo, cuando Bonaparte se coronó emperador, Beethoven borró su nombre de la partitura, gritando: '¡Pisoteará todos los derechos del hombre, y sólo satisfará su ambición y se convertirá en un tirano!'
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En su Missa Solemnis Beethoven ya no pone toda su confianza en una sola persona, sino en la humanidad. Una misa es por definición una composición religiosa y está dirigida a Dios. El filósofo Theodor Adorno, sin embargo, afirma que Beethoven cuestiona la fe en el Dios cristiano en su Missa. La extensa repetición de la palabra 'Credo' ‐creo yo‐ le sonaba como 'una afirmación enfática de la fe, para el hombre solitario y para los demás'. El enorme coro también es demasiado grande para muchas catedrales, lo que hace que esta fuerte composición sea más adecuada para su interpretación en una sala de conciertos. Como tal, la obra se rompe literalmente de los muros de la fe, por lo que muchos la consideran una masa universal para la humanidad.
Reparto / Producción
Belgian National Orchestra – Hugh Wolff conductor – Camilla Tilling soprano – Marianne Beate Kielland mezzo‐soprano – Thomas Walker tenor – Hanno Müller‐Brachmann bass – Capella Amsterdam – Ensemble Vocal de Lausanne