Guillermo Tell: Bayerische Staatsoper
Sobre el espectáculo
La última ópera de Rossini con su famosísima obertura, que no es más que el comienzo de la historia.
Con la primera representación de Guillermo Tell en París en 1829, Rossini finalizó su actividad como compositor de ópera, dejando un corpus inmenso de obras que todavía pueden poner a prueba los límites de lo posible en cualquier ópera del mundo. Desde los cinco solos de violonchelo con que comienza la famosa obertura, pasando por la famosa marcha galope, hasta llegar a la grandiosa oración de agradecimiento al final de la ópera, Rossini no solamente retrata un supuesto panorama de la naturaleza suiza, con ese espíritu de libertad y el héroe del título, sino que también ofrece un caleidoscopio que supone una exploración emocional del amor, el odio, complicados enredos, y los vicios de unos jóvenes amantes que parecen ser inagotables. Rossini no nos ofrece las reflexiones de Schiller sobre la libertad política y la rebelión; en su lugar, nos muestra la libertad y la servidumbre del alma, la posibilidad de que las personas recuperen los sentimientos originales.
En francés con sobretítulos en alemán
Dirección: Dan Ettinger
Dirección escénica: Antú Romero Nunes
Diseño de escenas: Florian Lösche
Diseño de vestuario: Annabelle Witt
Iluminación: Michael Bauer
Ayudante de dirección: Johannes Hofmann
Dramaturgia: Rainer Karlitschek
Maestro de coro: Sören Eckhoff
Guillaume Tell: Michael Volle
Arnold Melcthal: Yosep Kang
Walter Furst: Goran Jurić
Jemmy: Evgeniya Sotnikova
Gesler: Günther Groissböck
Rodolphe: Kevin Conners
Ruodi: Enea Scala
Leuthold: Christian Rieger
Mathilde: Krassimira Stoyanova
Hedwige: Jennifer Johnston