Avi Avital en la Philharmonie de Berlín
Sobre el espectáculo
Para Avi Avital, la mandolina es más que un instrumento: es su herramienta con la que conquista continentes, épocas y mundos culturales. Sea cual sea la música que interpreta, Avital siempre traspasa los límites de las posibilidades sonoras. "En la música no puede haber tabúes", afirma el virtuoso israelí. Busca incansablemente la expansión del repertorio de la mandolina, sus raíces y su potencial.
En esta velada de concierto, vuelve a los orígenes de la mandolina. Junto con la célebre Orquesta Barroca de Venecia, viaja a la Italia barroca, en concreto al mundo musical de Antonio Vivaldi, cuyos conciertos para mandolina son el "Antiguo Testamento" para Avital. Por aquel entonces, Vivaldi sabía convertir las iglesias en teatros para sus espectáculos sonoros. "Lo apasionante de aquella época era la tremenda libertad que daba a los músicos", se entusiasma Avi Avital. Aquí también se toma esa libertad y "ba‐roquea" el escenario con una reinterpretación efervescente, apasionante y sin tabúes de las "Cuatro estaciones".