Cuarteto Mandelring: «Obras tardías» en la Filarmónica de Berlín

Sobre el espectáculo

En el caso de Ludwig van Beethoven, su aura se ve reforzada por el hecho de que se dedicó exclusivamente al género del cuarteto de cuerda al final de su vida. Y que sus últimos cuartetos abrieron la puerta a la modernidad. El propio Beethoven consideraba que la Opus 131, su penúltimo cuarteto, era su mejor obra. Los siete movimientos se suceden sin pausa. Escrita en la tonalidad de la Sonata Claro de Luna, la obra recorre todo un mundo, desde la melancólica fuga del principio hasta el tormentoso final.

Siguiendo el ejemplo de Beethoven, Dmitri Shostakovich también buscó nuevas formas en sus últimos cuartetos. El último, escrito por el compositor gravemente enfermo el año anterior a su muerte, consta exclusivamente de movimientos lentos que fluyen entre sí. Habla del dolor, la desesperación, la rebelión y la resignación en susurros, lamentos y gritos: una conmovedora despedida del mundo.